Historia

La Villa de Torres del Río, llamada también Torres de Sansol se encuentra situada a mitad de camino entre Los Arcos y Viana, al borde mismo de la antigua ruta de peregrinación a Santiago, dominando un alto junto a la colina de Sansol, en un paraje pintoresco y de hermosas vistas. Esta localidad existía ya antes de la invasión musulmana según refieren las crónicas, siendo reconquistada tras la toma de Monjardín. Ya en poder cristiano tuvo un monasterio que en 1109 donó Jimeno Galíndez a Irache. Posteriormente, en 1492, Iranzu compra a Torres del río y Sansol el regadío de la Monjía. En esta villa tenia pechero Don Alvar Díaz de Medrano, hijo de Juan Martínez de Medrano, a quien los compró el propio concejo, que en 1341 acabó por entregar todo el pueblo al señorío del Rey, con la condición de poder disfrutar del fuero de Viguera, confirmándolo unos años después el Rey Don Felipe III de Navarra.

Por la sentencia arbitral de Luis XI de Francia, en las disputas entre Enrique IV de Castilla y Juan II de Aragón, quedó anexionada a Castilla desde 1463 hasta 1753, al igual que Los Arcos y las villas de su partido Torres del Río presenta un casco urbano de trazado irregular, impuesto por las peculiaridades de su emplazamiento en las laderas de una colina. En él destaca la Plaza Padre Valeriano Ordoñez, verdadero corazón de la villa, a la que llegan algunas de las más importantes calles. Domina su caserío la parroquia de San Andrés, imponente bloque de sillería que se encuentra en la parte más alta del pueblo, accediéndose a ella por calles de pronunciada pendiente.